jueves, 5 de abril de 2012

BELLEZA NOCTURNA


La mayoría de nosotros descansamos por la noche, cuando no sólo nosotros dormimos, sino también y en cierta forma, el mundo. Sin embargo, hay lugares que día lucen hermosos, con gente deambulando y alumbrados por el sol, pero debido a las múltiples ocupaciones que atañen a las urbes, los sitios de relevancia cultural han tenido que ser funcionales también de noche. 



Por lo que iglesias, fuentes y edificios tienen que ser resaltados por la luz artificial, que nunca reemplazará a la naturalidad del astro rey.

Pero hay que admitir que les da un toque de misterio y encanto cuando se conjuga con las formas y movimientos que los caracterizan y nos muestran un lado un tanto desconocido o descuidado (me refiero por nosotros como espectadores) de esos monumentos que ya casi ni volteamos a ver por creernos dueños y habitantes de la ciudad que los muestra al mundo.



Creo que hemos perdido la curiosidad o costumbre por mirar hacia arriba y ver las decoraciones de los edificios del centro histórico o de cualquier calle que recorramos, así como de observar los pequeños detalles a nuestro alrededor, porque tampoco miramos al piso para ver las lajas que quien sabe cuántos pies han circulado; o simplemente para observar si en el zócalo ya arrancaron las plantas de la temporada pasada apara reemplazarlas por las de la nueva como si fueran accesorios en una dama.


Y todo esto lo digo no porque yo sea una observadora de los mínimos detalles, sino porque al igual que muchos otros siento que la ciudad en la que vivo, es mía y por lo tanto no tengo que sorprenderme con los cambios que pasan en ella porque yo no soy turista. 

Pero también lo digo porque estoy aprendiendo a ver las cosas pequeñas y darles la importancia que se merecen, porque de ese tipo de cosas, momentos y situaciones, está hecha la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario