Esta semana fui a visitar un lugar hermoso, parecido a los que pasan en los cuentos de terror sobre apariciones de monjes. Se trata del ex convento de Huejotzingo, sí, el de las sidras.
Es un lugar enigmático que atrae a sus visitantes a adentrarse en él. Quién diría que en un tiempo no se asistía a allí como museo, sino como centro de culto, donde la fe y la piedad tendrían que estar presentes, en el que necesariamente se evangelizara a los indígenas, pero de eso hace ya muchas lunas. Tanto tiempo atrás que, muestra de ello es la placa que se necuentra en la entrada del templo.
Creo ser muy curiosa pero sería bueno saber cuántas historias transcurrieron dentro y fuera de ese templo amurallado en el que la iglesia denotaba su "apego" a los mandatos religiosos y ala protección de sus creencias, como dicen "si las paredes hablaran".
Es curioso, y me pongo a reflexionar sobre el tema, ahora que hay luz eléctrica, el ex convento luce oscuro y en un inicio hasta provoca un poco de temor, sin embargo, me gustaría imaginarme el mismo recinto iluminado a la luz de las velas. Como podrán darse cuenta, las fotografias fueron tomandas en un momento en el que todo esta lleno de claridad, pero el interior se observa de la siguiente forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario