Estas imágenes me encantaron porque en el momento en que uno entra en este recinto se respira tranquilidad e invita a la reflexión, pero una de las sorpresas con las que me encontré, fue que hasta en los techos se denota el arte de los franciscanos.
El altar es otro lugar en el que se puede recrear su vista pues el oro de las piezas resalta en la oscuridad y debido a la poca luminosidad del recinto, pude sentirme tranquila y lo suficientemente sola como para reflexionar.
"El ser humano fue creado para vivir en sociedad" y esto es porque en todo momento necesitamos de otros, por mucho que pensemos que podemos salir adelante solos. Sin embargo, hay momentos en los que necesitamos de la soledad para poder pensar, reflexionar y tomar decisiones importantes, instantes en los que las personas nos estorban, en los que necesitamos hablar y comunicarnos con nosostros mismos y toda la complejidad que conlleva esto. En lo personal puedo decir que prefiero estar sola, que en una muchedumbre enajenada.
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